Guía de manejo de oclusión de la arteria central de la retina

Al tratarse de un equivalente clínico a un ECV constituye una emergencia médica de peso. El paciente usualmente se presenta con pérdida súbita de la visión en un ojo, y el diagnóstico inicial es por exploración clínica con realización de fondo de ojo. A partir de allí lo que se propone es un triaje expedito con la finalidad de, en caso de encontrarse dentro de la ventana terapéutica (la cual deberá precisarse con exactitud mediante futuros ensayos), instalar el tratamiento de reperfusión, que inicialmente se propone sea fibrinolisis por vía endovenosa, en la mayoría de los casos.

Lo cierto es que con el manejo actual la tasa de recuperación visual en estos pacientes es sumamente reducida. Se estima que apenas un 20% presentan recuperación del ojo afectado. Y no sólo eso, sino que en muchos casos reciben un abordaje diagnóstico insuficiente (solamente descartar hipertensión arterial sistémica) da pie a que muchos de estos pacientes presenten episodios recurrente de enfermedad cerebrovascular que pudieran reducirse con el adecuado diagnóstico y tratamiento como prevención secundaria. Como cardiólogos debemos pensar que puede ser la primera manifestación de una fibrilación auricular paroxística, o una estenosis carotídea sintomática que apoye criterios para angioplastia.